Bitácora del Capitán. En Rapa Nui, 18 de diciembre, 2023.
En el primer tramo de la navegación de Quintero a Rapa Nui, el desafío consistió en adquirir el ritmo de la navegación oceánica. Desde las cosas un poquito más complejas hasta las más cotidianas, como las actividades que damos por sentadas cuando estamos en tierra, como el desplazarse por la cabina con balanceo, el cocinar, hacer uso del baño, requieren del desarrollo de ciertas habilidades que se adquieren gradualmente con la práctica. Ya quisiéramos tener ocho patas como los pulpos para afirmarnos del asiento, afirmar con una mano un plato de sopa y, al momento de llevarnos la cuchara a la boca, poder interrumpir la trayectoria del vaso con jugo que se cruza frente a nosotros en dirección al suelo. Además, al tratarse de una embarcación pequeña, las incomodidades aumentan, los movimientos son más bruscos, hay menos espacio, etc.
El segundo tramo estuvo más centrado en la preocupación por el avance. Teníamos a las Islas San Félix y San Ambrosio por la proa. Por casi una semana, se les usa como referencia hasta que uno lo único que quiere es dejar de tenerlas en la pantalla. El problema es que no existe otra referencia física visible en el área, de tal manera que cuando al fin quedan atrás, no puede uno dejar de sentir una especia de liberación.
Ya liberados de las antiguas Desventuradas, tomamos una ruta más directa al Weste, por nuestro track a la Isla Rapa Nui.
Estábamos ya, en la parte norte del sistema de alta presión. El desafío en esta parte es mantenernos a la distancia correcta del centro de la alta presión, ni muy lejos ni muy cerca, para asegurarnos de mantener el viento en magnitud y componente adecuados para navegar en buenas condiciones. Esto es, recibiendo el viento desde atrás pero ligeramente abierto por el costado izquierdo (viento a un largo por babor). Este es el mejor viento para la mayoría de las embarcaciones a vela. A propósito, aquí va una “pildorita de huiro”. No uses más la expresión …las cosas van “viento en popa”, se entiende lo que se quiere decir, pero no es correcto. Debería decirse, por ejemplo, “… Juanita, te deseo viento a un largo en tus estudios”. Eso suena más marinero y de seguro Juanita se titula más rápido.
Junto con el cambio en el colorido de las aguas y el cielo, el aire se tornó en esta parte, claramente más templado y húmedo. La simple contemplación del entorno o una conversación en cubierta resulta mucho más gratas en un ambiente más cálido y menos cargado de ropa.
Desafío importante es mantener el ánimo y la cabeza centrada, esto no es fácil. La rutina, la incomodidad, el no tener un espacio lo suficientemente amplio para “descansar de los demás”, tarde o temprano pasa la cuenta si es que uno no tiene la experiencia. La convivencia cobra más importancia a medida que pasan los días y se torna critica tarde o temprano en las navegaciones largas. El ejercicio simple de bajar las velas y limitarse a flotar por un rato en la mitad de la nada, donde solo hay agua, puede ser muy ilustrativo. Así como en la vida, es importante tener un propósito, ser capaces de soñar y de transformar esos sueños en un proyecto. En las navegaciones largas resulta fundamental tener conciencia de dónde se viene, hacia dónde se quiere ir, cuál es el camino que se debe recorrer y los hitos que hay que cumplir para llegar a ese punto. Si uno como tripulante no tiene responsabilidad directa en la derrota y navegación, debe de todas formas estar al tanto y, como cada uno de los miembros del equipo, mantenerse involucrado y comprometido en los objetivos, los desafíos y en los avances del proyecto.
En este tramo hicimos un gran esfuerzo por ganar tiempo y aprovechar los vientos buenos para adelantar nuestra recalada a Rapa Nui. Sin embargo, lo que lográbamos ganar durante el día, en parte lo perdimos durante las noches. Pese a ello, sí pudimos adelantar nuestra llegada unas horas, lo que nos permitió a la postre, recalar en horas de día y en un horario conveniente.
La esperada visita a Motu Motiro Hiva (Salas y Gómez) fue muy decepcionante. El islote se encontraba totalmente cubierto por un banco nuboso y no se pudo apreciar hasta que este se disipó a eso del medio día. Además, no había viento, por lo que yo a esa hora, estaba más preocupado de lo que nos faltaba aún para recalar a Rapa Nui. No alcanzamos a acercarnos ni a ver ni las aves ni los tiburones que teníamos pensado apreciar. Esta vez Motu Motiro Hiva no se quiso mostrar y solo se asomó para despedirnos.
Pusimos proa a nuestro destino final y, debido a la premura, tuvimos que usar el motor. Afortunadamente, nuestro motor que, si recuerdan, estaba recién ajustado, funcionó como un relojito mientras ronroneaba feliz. Muchas gracias a Raúl Valencia, mecánico especialista, amigo y miembro del equipo de ASIMAR S.A., “Bravo Zulú Raúl”.
Nuestra recalada a la isla fue aproximando a la cara noroeste de ella y navegando en sus cercanías hasta alcanzar Hanga Roa. La estación de Pascua Radio nos contactó por VHF para darnos la bienvenida y para coordinar el sitio de fondeo frente a Hanga Roa. Dicho sitio no nos resultó por su profundidad y, el intento de fondeo en ese lugar terminó en una situación inesperada que hizo que la Armada tuviera que acudir en nuestra ayuda. Debido a su peso, no podíamos recuperar los setenta metros de cadena que manteníamos colgando (a la pendula). ¿La solución?, nos escoltaron a un sector somero de manera de poder recuperar la cadena mientras su mayor parte descansara en el fondo. Resolvimos finalmente fondear en ese mismo lugar. Concluíamos de esa manera una importante etapa del proyecto y nos encontrábamos ya en Rapa Nui, punto de
partida de nuestra travesía internacional.
En lo personal, me siento en casa y rodeado de amigos. Junto a ellos, planificaremos la forma de hacer lo más provechosa posible nuestra estadía en la isla y trabajaremos en la próxima etapa que consistirá en recorrer los tentáculos del pulpo de Taputapuatea hasta la isla de Raiatea.
Un nuevo tripulante sube abordo, un querido amigo se incorporará al proyecto. Maharenga Ika Melín (Hoko), se incorporará a contar de este momento como tripulante.
Con Hoko tuve el privilegio de navegar el 2019 cuando nos trajimos el Kuini Analola de Lynn Rapu Tuki a la isla.
Hoko no sólo aportará con su conocimiento y solvencia cuando se trata de navegar, sino que, además, contribuirá para destacar el protagonismo del pueblo Rapa Nui en este lindo proyecto que nos convoca y une tras los objetivos que nos son comunes.
Querido amigo y compañero de las primeras millas en las australes aguas de Chile, te felicito y espero que tengas una buena travesía.
Siguiendo tu navegación, día a día, muy entretenido y sin marearme. Felicitaciones!!
Feliz Navidad y que siga la buena aventura. Un abrazo ,
Claudio Ugarte A.
De Marcelo Tapia Adler: Muchas Felicidades Raúl, realmente eres un ejemplo. Estoy siguiendo tu travesía. Yo tengo mi J105 y navego "por acá no más" pero hago toda la mantención por lo que si en algún momento tienes un problema y no puedes resolverlo o no encuentras un repuesto de lo que sea, motor, aparejo, etc, me dices y te ayudo. Mucho éxito en tu travesía. Un abrazo!!!
¡Felicitaciones Raúl, primera pata cumplida! Una Feliz Navidad en Rapa Nui.
Un abrazo.
George
No se por qué no apareció mi nombre. René Gajardo por aquí.