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Navegación entre Rapa Nui y Valdivia

Bitácora del Capitán. En la mar, 2 de marzo, 2024.

Es un soleado día sábado y nos encontramos en nuestro séptimo día desde el zarpe desde Rapa Nui, el viernes 23 a las 2200 hrs. Estuvimos en la isla sólo lo necesario para descansar y recuperarnos ya que la temporada que permite navegar en un velero pequeño en esta zona se nos está yendo.


Tripulantes del Beau somos Pathy Hucke y Hoko, ambos rapanuis, y yo. El zarpe de la isla se retrasó un par de horas porque no quisimos dejar cosas sueltas o desordenadas. No había apuro y salir más tarde no cambiaría nada. Pasamos a motor entre los “motu” o islotes que se levantan al surweste de la isla; motu Nui, motu Iti y motu Kaokao y, la ladera del volcán Rano kau. Ya estaba oscureciendo, pero claramente podíamos apreciar muy cerca de nosotros la estructura del Kaokao que sobresale vertical 20 metros de la superficie, luego de erguirse por 60 metros de agua, como una gran aguja desde el fondo de arena. Poco a poco fuimos alejándonos de la isla y comenzamos a tener el viento necesario para apagar el motor y empezar nuestra travesía a vela, comenzaba así nuestra última etapa de navegación.


La primera semana de navegación fue muy grata pero dificultosa. El objetivo de este primer tramo de la navegación, que para efectos de comprensión dividí en tres, es “ganar sur”. Debemos alcanzar una latitud que nos permita esquivar el centro de la alta presión que debería estar a la altura de Santiago, más o menos en los 33° de latitud Sur. Después de alcanzar este objetivo, deberemos tomar un rumbo más al Este, poniendo proa a la costa, de manera de sortear la alta presión y beneficiarnos de los vientos que, en teoría, soplan en ese sentido en el margen sur de ella. Este sería el segundo tramo.


El tercer tramo será la navegación de aproximación al continente, etapa en la que navegaremos ya por la latitud aproximada 40° Sur, en demanda de Valdivia y probablemente, sólo probablemente, con vientos por la cuadra de estribor.


La situación real que se nos presenta en este momento es que la alta presión está muy al sur, con su centro a la altura de Valdivia, razón por la que quizás tendríamos que bajar aún más, hasta la latitud de Chiloé. Todo esto puede variar dependiendo de su posición al momento de encontrarnos ahí, para lo que faltan aún varios días. Ya vendrá el momento de preocuparse de eso.


Durante la navegación, Pathy se ha lucido de muchas maneras y nos ha deleitado ya varias veces con preparaciones maravillosas de tallarines, porotos y lentejas aliñados de manera mágica, platos deliciosos que disfrutamos viendo alguna película mientras navegamos. La especialidad de Hoko son definitivamente los panqueques con mermelada o manjar, aportando buenos desayunos y ricas onces al atardecer. Mi aporte culinario es el pan amasado, que se hará rutina al acabarse el pan de molde que llevamos.


Estamos en la fecha límite para navegar esta zona en una embarcación a vela pequeña como el Beau. En esta época el centro de alta presión de esta región, más conocido como “Anticiclón semipermanente del Pacífico suroriental”, que en los meses de verano suele “proteger” la costa del centro de Chile de los frentes, se debilita, se desplaza o se fragmenta, permitiendo el ingreso de estos a la costa. Estos fenómenos, combinados con otros factores como la corriente fría de Humboldt y las masas de aire frío del sur, hacen que se torne esta zona en una verdadera caja de sorpresas, no muy simple de navegar a vela. La situación cambia todos los días y cada paso debe ser resuelto como cada uno de los escalones de una larga escalera… uno a uno. Establecimos metas a cumplir cada día, de esa manera nos mantenemos enfocados en estos objetivos parciales cuyo logro ayuda a mantener la moral más alta.


Un abrazo desde un punto en la mitad de nuestro Océano Pacífico (qué nombre tan mal puesto, una gran ironía), 1600 millas al weste del archipiélago Juan Fernández,

Raúl

 

 

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